Creía conocer el destino de este autobús,
pero ahora solo da vueltas y más vueltas.
He llevado bajo la lengua el amargo cacao,
grávido de aminoacidos esenciales del olvido.
Hoy, la ciudad de mis venas sufre un apagón
de serotonina, anandamida y dimetilxantina.
Subitamente, el pasillo se vuelve oscuro y
estrecho, lleno de gente que no huele a ti.
La ausencia de feniletilamina fustiga mis sentidos,
la teobromina satura de grietas nuestra ausencia.
Los chocolates Gallito dicen Kraft en la envoltura,
los Tuttos son propiedad de la industria colombiana.
Theobroma Cacao: Eramos dioses y eramos alimento.
Como serpiente emplumada que ayer fuiste,
no volverás a sacar trufas de mi refrigerador.
Tu y yo ni pertenecimos, ni perteneceremos A NADIE.
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