Ayer miércoles trece de diciembre cumplí 50 años. En modo celebratorio subí al Facebook una obra que ya ni incluyo en el ridiculum vitae, pero me la pidieron para la expo Detrás del Portón Rojo: Una Visión de la Erótica en el Arte Costarricense (MAC). Mi tríptico fotográfico La luna acariciada (1993) comparte pared con una pintura de Amighetti.😶
No habían pasado ni dos horas cuando Facebook me informó que no se permiten desnudos ni descripciones de actos sexuales, y para recuperar mi cuenta me obligó a borrar no solo mi post cumpleañero, sino también aquel en que compartí notas de una ponencia en la UCR. Por lo visto Silvia Federici uso demasiadas veces “vagina” y “capital” al hablar...
Facebook incluso se llevó en la tira un post anterior invitando a Detrás del Portón Rojo en el Museo de Arte Costarricense, porque como todos sabemos, el color rojo y la palabra “erótica” es más de lo que toda buena persona de doble moral puede soportar.
Ahi tienen la obra infractora en cuestión. Si la abren en una pestaña fuera del blog y accionan la lupa la pueden apreciar con calidad de impresión. Para eso es la licencia Creative Commons de la portada, para usar mi arte como gusten siempre y cuando den crédito al autor. La luna acariciada fué ubicada en la que podríamos llamar la “sala del deseo normalizado”: heterosexual, falocéntrico, ligado a la exuberancia de la naturaleza, tan transparente y “natural” que ni parece necesitar explicación... y sin embargo, en la principal red social, resulta una obra peligrosa. Ahora no solo es parte de la historia del deseo, sino que también pertence a la historia de la censura.
A pesar de haber sido "normalizada", trata temas tan poco de moda como ritos de paso y aprender dejar ir aquello que nos ata física o emocionalmente. Así que gracias a la censura, ahora apenas entro a Facebook para cambiar el animalito en mi avatar cada 15 días. Pero con gusto comparto aqui otras fotos de mi expo Arqueticos (1993), todas de casi dos metros de largo, tomadas en película en formato medio, rompiendo la dictadura del encuadre fotográfico puro bressoniano, y combinando interpretaciones de arcanos mayores del Tarot de Marsella con personajes y vivencia del San José de los Años Noventa:
Por un 2018 en que sepamos escoger mejor donde contruir consensos y que cada quien aprenda responsabilizarse de sus impulsos, sin la hipócrita ley del padre castigador.
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